viernes, 14 de noviembre de 2008

Memoria como camino

Víctimas en Amagá cierran proceso de encuentros con evento simbólico
La Memoria como Camino hacia la Reconciliación


Durante los últimos diez meses de este año, en Amagá se ha venido desarrollando un proceso de acompañamiento y apoyo psicosocial a las víctimas de la violencia, a través de las propuestas de Conciudadanía de formación de Promotoras de Vida y Salud Mental -PROVISAME- y de reuniones de grupos de apoyo mutuo -ABRAZOS Y ABRAZADAS-.


Y el pasado viernes 14 de noviembre, con el concurso de las personas que se han sumado y participado activamente en estas propuestas, se realizó un acto simbólico para cerrar actividades formales del 2009, dividió en tres momentos: El primero, un mural con fotografías, recortes y escritos que las propias víctimas pegaron y luego visualizaron en conjunto para evidenciar una vez más que su situación, aunque particular y única, trasciende lo individual por ser un asunto compartido por muchas otras personas que también han perdido a sus seres queridos y que tienen el mismo dolor. El segundo, fue un trabajo con barro para que las víctimas amasaran y moldearan dos situaciones, una referida al duelo y la rabia por la pérdida de sus familiares, y la otra que tiene que ver con la expresividad de alegría, con la posibilidad de transformar las impresiones negativas en sueños positivos para superar tal dolor. Y el tercero, fue una evaluación que las PROVISAME, capacitadas y asesoradas por Conciudadanía durante los años 2006, 2007 y 2008, realizaron con las demás víctimas que han acompañado a partir de los testimonios de vida que dos ellas compartieron voluntariamente para mostrar cómo han logrado ir tramitando su dolor a través de su participación en los grupos de ABRAZOS.

Para Adriana Guerra, Asesora Territorial de Conciudadanía en este municipio del Suroeste Antioqueño, “no sólo es un cierre simbólico bonito, sino que una excusa para alegarse por los logros obtenidos en estos diez meses de trabajo, motivar los ánimos y coger impulso para continuar en el 2009 con todas las acciones de apoyo psicosocial, visibilización, capacitación, asesoría jurídica e incidencia política”.

Este tipo de procesos, entonces, cobran sentido dentro de la apuesta por la reconciliación desde lo local en tanto propician espacios de encuentro entre víctimas que han sufrido y padecido el dolor y la pérdida de sus seres queridos, haciéndolas sentir acompañas y entendiendo que su situación es la misma de otras personas que también necesitan tramitar sus dolores y salir adelante con el apoyo y el respaldo de la comunidad a la que pertenece.


Así lo han expresado en diferentes reuniones quienes participan de estos eventos para y entre víctimas, como Margarita Elena Montoya Ochoa, PROVISAME en Amagá, quien siente “un cambio muy importante tanto en lo personal como en lo familiar y en lo comunitario; en la familia ya hay una buena relación con los hijos que me tratan de entender así como lo intento hacer yo todos los días, y con las ABRAZADAS -participantes de los grupos de apoyo mutuo- nos hemos ido ayudando a salir mucho de ese dolor que nos quedó y a compartir más en comunidad para volver a convivir tranquilos entre todos”.

En el mismo sentido, ratifica esto doña Mariela, quien sufrió la muerte de su esposo y su hijo mayor. “Yo me encerré del todo en la casa y sola, me gusta la soledad y me aterra la oscuridad, me hacen mucha falta ellos dos, pero me ha servido mucho esto para relacionarme con la gente porque primero yo no hablaba nada, no permitía que nadie me hablar, pero ahora me he dado cuenta de que uno como que bota todo eso conversando con otros… A mi todavía me duele porque los amo aunque ya no los tengo a mi lado, pero sé que con el apoyo de estas personas que vienen a acompañarnos vamos a salir adelante”.


Pero no sólo se trata del necesario acompañamiento a las víctimas que se sienten y en realidad han quedado solas en todo el territorio departamental y nacional, con estas acciones también se está aportando a la visibilización de las víctimas. “Es un proceso que se inició en Amagá sin pensar que era tanto el número de víctimas que habían en el Municipio, por eso me ha sorprende mucho como siguen llegando personas nuevas que nunca estuvieron; entonces es eso, es cómo a Amagá lo afectó tanto el conflicto y se quedó tan callado el dolor que todavía hay personas que después de terminar las actividades de este año, quieren estar haciendo parte de esto. La iniciativa permanece, quedamos con la motivación y lo más importante es que nos dimos a conocer, visibilizamos el dolor y, como lo dijimos en esta jornada, no queremos que haya ni una más, que seamos las últimas víctimas, que quedemos en la historia y que no vuelva a pasar esto nunca más”, comentó Paola Montoya Herrera, PROVISAME también en Andes.

Escuchar a estas personas, víctimas de la violencia en nuestros territorios, mujeres en su mayoría que vieron como los hombres hacían a la guerra y destruían a otros hombres, a los suyos, seres humanos que a pesar del profundo dolor que esto puede causar en el espíritu han logrado seguir con sus vidas para ser testigos de lo que no nos puede volver a ocurrir, estar allí entre ellas y recoger sus opiniones, evidencia que iniciativas de apoyo psicológico, psicosocial y de acompañamiento institucional, como la que realiza Conciudadanía en diferentes municipios de Antioquia, son necesarias para establecer pedagogías sociales de la reconciliación, ayudar a elaborar procesos de sanación y a entender que no están solas, que son muchas, que la sociedad tiene que mirarlas y que la situación de las víctimas de la violencia en todo el país es un asunto que nos compete a todos y frente al que la institucionalidad pública tiene que responder.




En palabras de Gloria, una de las asistentes al acto de cierre de las actividades de víctimas en Amagá durante el 2008, “uno queda muy débil y siente que es el único, y cuando llegamos a este grupos y vimos que era una gran cantidad de mujeres, todas con el mismo dolor, entonces nos acompañamos y aprendimos a fortalecernos en lo personal, a sentir que valemos mucho, a reconocer todo lo que tenemos para ofrecer, a mostrarnos ante la sociedad y hacerles ver que somos muchos, a exigir nuestros derechos y compartir nuestros testimonios de vida para que del dolor pasemos a la liberación y para que entre todos aprendamos la lección y no permitamos que hay ni una víctima más, nunca más”.

Los resultados del trabajo de esta jornada de cierre serán exhibidos públicamente para sensibilizar a otros actores de la localidad, administración, concejales, comerciantes y demás integrantes de la sociedad. El mural con las imágenes de quienes hoy faltan para sus familias y comunidades estará ubicado en el Asilo Municipal, y las obras realizadas en barro estarán en la Casa de la Cultura donde se programó, en concertación con el Comité de Reconciliación, una exposición de esos trabajos para el 22 de noviembre.