lunes, 23 de junio de 2008

Liborina, 10 años después

“En la madrugada, como a eso de la una de la mañana, llegaron un montón de hombres armados hasta los dientes, dicen que eran hasta 300, y se regaron por el pueblo y montaron toldos en las salidas. Yo ese día tenía que cumplir con el trato de la carne y cuando la llevaba de bajada para el negocio, como a las 6 de la mañana, un lechero me dijo que por ahí andaba gente armada, que no fuera a abrir ese día. En todo caso yo seguí para que no vieran ninguna malicia, llegué a la tienda y ahí estaban dos parados en la puerta de la esquina, entonces me agaché, disimulé y me escondí para que no fueran a verme y luego me volé, no por la carretera sino chupando puro rastrojo”.

Así es como doña Rosmira Bedoya, oriunda del corregimiento El Playón del municipio de Liborina, recuerda el saqueo de hace 10 años y el posterior asesinato de 7 campesinos, a manos de las autodefensas, en las veredas de esta región.

“Llegaron muy de noche y saquearon varias tiendas. Uno de los negocios fue destruido en su totalidad porque no encontraron a la dueña, a quien buscaban de manera insistente”, relató un testigo para el periódico El Colombiano, medio que publicó una nota sobre el hecho el miércoles 13 de mayo de 1998.

“Estuve en Medellín como dos años. Nadie sabía de mí, pensaban que estaba secuestrada o hasta que me habían matado. Por allá no tuve tranquilidad porque la vida mía es el campo, es El Playón, y yo espero que el Estado aquí no nos va a dejar solos, además yo tengo la fe de que esa gente se va a entregar y nos vamos todos a poner a trabajar la tierra para que nos respetemos la vida, que mi dios nunca nos ha dado ese poder de matar por ver caer al otro o por plata; plata para qué, si aquí lo que necesitamos es paz, solidaridad, igualdad”, continúa narrando doña Rosmira, quien a pesar de lo sucedido, se unió con otras víctimas para organizarse y exigir sus derechos a través del Comité Municipal de Reconciliación, instancia que acompaña y asesora la Corporación para la Participación Ciudadana –CONCIUDADANÍA.

Es así como el pasado sábado 7 de junio, en el corregimiento el Playón, se realizó un encuentro con autoridades locales y departamentales, en él se pudieron conocer más detalles sobre las normas y regulaciones que afectan la condición social de las víctimas de los grupos alzados en armas y los beneficios que les conceden los decretos que el Gobierno Nacional ha dictado en materia de Reparación por Vía Administrativa. Este evento surge a partir del trabajo que viene realizando el Comité Municipal de Reconciliación, en el que participa doña Rosmira. “Esta mujer, víctima, lideresa, a partir de lo que ha escuchado y de su participación en diferentes eventos públicos, empieza a interesarse por la cantidad de organizaciones y actores estratégicos que trabajan sobre el tema de la atención en derechos de las víctimas de la violencia y se motiva a invitarlas para que tengan en cuenta a su corregimiento. Se contacta entonces con la OEA y con la Corporación, quienes resolvemos luego llamar también a la Dirección de DDHH de la Gobernación de Antioquia y se organiza este evento con el apoyo del Comité de Reconciliación del municipio”, explica Adriana Rojas, asesora territorial de Conciudadanía.


Explore la galería fotográfica de este evento en:


El Playón y San Diego han sido dos de los corregimientos del municipio de Liborina que más han padecido los golpes de la guerra en el Occidente Antioqueño. El primero, desde los años 80, fue descansadero de la guerrilla, que ejerció el control en la zona hasta la segunda mitad del 90, cuando incursionaron en la región grupos de autodefensa que se enfrentaron con éstos por el control territorial, amedrentando, expulsando y asesinando a los campesinos que eran señalados como colaboradores de la guerrilla. Luego, con el proceso de desmovilización y reinserción del gobierno, más las políticas de seguridad democrática implementadas por el gobierno nacional, la fuerza pública ha hecho presencia en la región con una estación de policía en el centro urbano del corregimiento El Playón, que ha realizado un trabajo de corte más comunitario, y el acompañamiento del comandante de policía de Liborina, quien se ha conmovido con la situación por compartir la condición de ser víctima de la violencia. Y el segundo, cuenta entre sus veredas con dos de la más afectadas y con mayor número de población desplazada en el Occidente Antioqueño, que ha ido retornando en la medida en que las condiciones van cambiando.


Víctimas reclaman presencia y apoyo real del Estado
En mayo de 1998, El Colombiano informaba sobre 145 familias refugiadas en el corregimiento San Diego luego de que un comando de autodefensas diera muerte a siete campesinos e intimidara a la población que habita las veredas Los Sauces y Los Peñoles. El Comité de Reconciliación, por su parte, dice que en los últimos 12 años se pueden haber presentado casi 900 desplazamientos forzados en el Municipio. Pero la verdad es que no hay registros oficiales ni un dato real del número de personas desplazadas. Esto, por una parte, es atribuido a que ninguna entidad estatal ha tramitado la condición de desplazados de quienes reclaman el apoyo del gobierno y, por la otra, a cierto descontento por la ausencia de asistencia social que ha llevado a la gente “a ya no querer nada”, como lo aseguran algunos integrantes del Comité, “ya no quieren participar, no quieren hablar con personeros ni alcaldes, están cansados y hasta molestos de esperar tantos años sin que se les haya mirado”.

A pesar de esta inconformidad, las autoridades locales se encontraron, un década después, cuando se han preocupado por hacerse presenten en los territorios olvidados de esta Antioquia grande, escarpada y diversa, con una audiencia de más de 150 víctimas aglomerados primero en el atrio y luego en el Templo Parroquial La Merced, que rompieron el silencio y van dejando atrás el miedo para compartir públicamente sus historias de vida y exigir la restitución de sus derechos y la reparación por las pérdidas sufridas y los daños ocasionados.

“En estas comunidades tan alejadas falta la mano amiga del Estado, que si bien no hemos solucionado los problemas y consecuencias del conflicto, por lo menos les estamos contando a las víctimas que estamos muchos detrás de la posible solución”, comentó Carlos Vallejo, Director de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Secretaría de Gobierno de Antioquia, quien además agregó que “es triste que en un corregimiento como éste hayan tantas víctimas de la violencia, pero también encuentro que muchas personas han vuelto a sus casas y la vida nuevamente se reactiva. Quisiéramos decir que no hay víctimas, que no hay conflicto, pero estamos muy lejos de alcanzar esto”.

Los pobladores de Liborina, por su parte, expresaron ante el gobierno local y la Dirección de DDHH que les interesaba obtener más información sobre el proceso de reparación vía administrativa, saber cómo va el gobierno a compensar los perjuicios de los que fueron víctimas, cómo los van a apoyar y cómo van a garantizar sus derechos, pues esperan que por fin se pase de los dichos a los hechos.

Sin embargo, muchos campesinos que sufrieron pérdidas materiales y daños contra la propiedad y el patrimonio, salieron algo frustrados porque ese tipo de violaciones no están incluidas en el Decreto 1290 de 2008, motivo más para entender que nos falta mucho camino por recorrer en la búsqueda de la reparación, pero que no debe desalentar a la sociedad para continuar marchando, toda junta, hacia la reconciliación.

“El Estado había dedicado mucho tiempo y recursos hacia los victimarios, y hoy por lo menos estamos hablando ya de reparación de víctimas, y como se dice en Antioquia, del ahogado el sombrero”, sopesó el Director de DDHH de la Gobernación Departamental.

Pero no sólo el sombrero, también hay que ver el grado de organización que han logrado las víctimas en Antioquia para visibilizarse y exigir sus derechos, los esfuerzos de organizaciones sociales, no gubernamentales, estatales e internacionales para apoyar y acompañar a las víctimas en la elaboración de sus duelos y la generación de confianzas que permita la reconstrucción del tejido social, la presencia del Estado y la permanencia de la policía que genera en los habitantes una sensación de protección y seguridad.

En fin, son muchos los cambios significativos que se han presentado respecto a las condiciones del conflicto y de quienes lo protagonizaron y lo han padecido, con lo que se va ganando espacio a la guerra y generando condiciones para una vida más digna y en paz, como lo espera Sandra Milena Henao, de El Playón, quien vio a su padre ser asesinado públicamente en la plaza del Corregimiento junto a otros dos vecinos en el año 1997 y que hoy hace un llamado a los violentos para que busquemos mejores formas de ser en sociedad, “porque todos tenemos un corazón capaz de ayudarnos al cambio frente a esas maneras de vivir y de pensar; la vida no es violencia, la vida es la paz, y la paz se consigue desde el corazón de cada uno”, y les dice a las demás víctimas que “traten de olvidar, que nada es imposible, que sus corazones no guarden lo malo y que su experiencia sirva para que todos cambiemos y tratemos de vivir en paz”.

viernes, 13 de junio de 2008

Nuevo Plan de Desarrollo para Fredonia

Por: ARTURO HENAO TORRES
Presidente Colegiado de la Asamblea Municipal Constituyente
Municipio de Fredonia, Antioquia. Lunes 9 de junio de 2008

Después de un verdadero ejercicio democrático que duró mas de cuatro meses fue aprobado el pasado 6 de junio por el Concejo Municipal el nuevo plan de desarrollo, carta de navegación que orientará los destinos del municipio en el proximo cuatrienio.

Las comunidades en 12 reuniones zonales priorizaron sus necesidades y dieron las pautas básicas para su elaboración; una masiva asamblea convocada por la Asamblea Constituyente con la asistencia de 350 personas repartidas en mesas de trabajo, discutieron aspectos puntuales e incluyeron otros dentro del plan; el comité técnico y consejo territorial de planeación le puso el ingrediente normativo y financiero, y finalmente el Concejo Municipal en varias sesiones con expertos y lideres, y las reconmendaciones de las bancadas políticas le dió el toque final.

El plan de desarrollo es muy ambicioso; sin embargo el Alcalde municipal Dr. Carlos Mario Londoño, considera que se cumplirá mínimo en un 85% si se dan las condiciones y se gestionan los recursos necesarios.

Al final de este cuatrenio de cumplirse el plan de desarrollo Fredonia tendrá sistema completo de acueducto y alcantarillado, un moderno parque, nueva plaza de mercado, algunas instituciones educativas contaran con la media técnica, y se habrá puesto en marcha el proyecto eco turístico.

jueves, 12 de junio de 2008

INFORME ESPECIAL. Oriente avanza por el camino de la reconciliación

Informe Especial.
Para continuar profundizando en la reflexión sobre el tema de la reconciliación, Conciudadanía ofrece este especial informativo, compuesto por cuatro artículos periodísticos que recogen diversas opiniones a partir del Encuentro Subregional en el Oriente Antioqueño de la Comisión Departamental de Seguimiento al Proceso de Desarme, Desmovilización y Reinserción –Comisión DDR, realizado en el Municipio de La Unión el pasado miércoles 28 de mayo.

Articulo No. 1
Del Documento de Cristales a los retos actuales de la reconciliación

Articulo No. 2
La oferta institucional hay que bajarla a lo municipal

Articulo No. 3
Verdad y No Repetición: Condiciones indispensables para la reconciliación

Articulo No. 4
Víctimas y Reinsertados: Un encuentro indispensable



IE 1. Del Documento de Cristales a los retos actuales de la reconciliación

Oriente avanza por el camino de la reconciliación
Articulo No. 1
“Cada vez cobra más vigencia el reconocimiento de un proyecto donde quepamos todos los hombres y mujeres que habitamos el territorio colombiano, y donde quepan también aquellos que fueron desarraigados. Un proyecto con suficiente apertura a la equidad social y a la inclusión política; con capacidad de señalar ruta a unas regiones respetuosas de la vida, de la dignidad de sus comunidades y de la legitimidad de sus instituciones.

Las comunidades y las instituciones en el territorio, afirmamos la urgencia de humanizar la guerra; nuestra disposición para facilitar su terminación mediante una salida negociada; nuestro compromiso de intervenir y recomponer la débil gobernabilidad local y regional; nuestra voluntad de construir nuevas y mejores redes sociales e institucionales; nuestra opción por un crecimiento humano y un desarrollo integral con dignidad, haciendo productivo el territorio que ocupamos.”


Estas frases forman parte de un documento de propuestas y compromisos de actores del Oriente Antioqueño presentado en el Corregimiento de Cristales, en agosto de 2005, con motivo de la desmovilización del Bloque Héroes de Granada. En él se establecen compromisos con la reintegración de excombatientes, así como con la atención a las víctimas y la solidaridad con las comunidades más afectadas por el conflicto armado. Firmaron entonces la Diócesis Sonsón Rionegro, la Fundación Pastoral Social, la Corporación Vida, Justicia y Paz, el Consejo Subregional de Alcaldes, el Programa Desarrollo para la Paz, la Asamblea Provincial Constituyente, la Incubadora de Base Tecnológica -GÉNESIS, la Corporación Educativa para el Desarrollo Integral -COREDI, la Corporación Hogares Juveniles Campesinos, la Universidad Católica de Oriente -UCO, la Corporación Empresarial del Oriente -CEO, el Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA, y la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño.

Tres años después, cuando se han desmovilizado un número muy importante de combatientes y la fuerza pública ha logrado resultados positivos en términos de la política de seguridad del actual gobierno nacional con la captura de algunos comandantes y la entrega de otros, el esfuerzo de la sociedad subregional del Oriente sigue estando puesto en superar el conflicto y reconstruir el tejido social.

“Del conflicto armado estamos saliendo, y ahí está el gran interrogante por cómo construir un futuro común en el marco de la institucionalidad democrática”, expresó Jorge Ignacio Castaño, Asesor de Paz de la Gobernación de Antioquia. Y ratifican esto los protagonistas en la actualidad de la exitosa experiencia de San Carlos al considerar que “la posguerra nos tiene que ayudar a que víctimas y victimarios se encuentren entendiendo que la dinámica irregular que se dio en el conflicto fue lo que llevó a que se cometieran esas dramáticas acciones”.

En este sentido, la Comisión Departamental de Seguimiento al proceso de Desarme, Desmovilización y Reinserción –Comisión DDR, única en el país, que viene promoviendo Encuentros Subregionales con la intención de continuar con el seguimiento al proceso, verificar el estado de los acuerdos, establecer espacios de deliberación pública y generar propuestas para la política pública en estas temática, realizó el más reciente en el Oriente Antioqueño el pasado 28 de mayo en el Municipio de La Unión.

“La intención del Encuentro Subregional del Oriente es poder conocer de viva voz la propuesta en términos de política de reconciliación que están adelantando las diferentes instituciones del Estado y las organizaciones que tienen asiento en el territorio”, afirmó Jairo Alberto Duque, Secretario técnico de la Comisión DDR, delegado por Conciudadanía, Corporación que hace parte y apoya todo el proceso de convocatorias y deliberaciones que adelanta esta instancia en Antioquia, quien además agregó que “se pretendía hacer un evento que permitiera articular acciones, conocer el quehacer de cada una de las instituciones, mirar cuál es el rol de cada uno de los organismos e instituciones que hacen trabajo en el Oriente y cómo nos articulamos para que entre todos fortalezcamos esta propuesta de reconciliación, que es realmente como la vemos, pues más que un trabajo de atender víctimas y desmovilizados, se trata de cómo entre todas las instituciones y la sociedad civil garantizamos la reinserción de unos y otros para que consolidemos un proceso de reconciliación en el Oriente, y así en cada una de las subregiones de Antioquia”.

Así, más allá del evento, el espacio convocado permitió acercarse al conocimiento de los logros y limitaciones del proceso de superación del conflicto en el Oriente Antioqueño y fue una excelente oportunidad para que los firmantes del Documento de Cristales, junto a otros sectores del gobierno y de la sociedad civil, revisaran y articularan aún más las acciones por la superación del conflicto y la reconstrucción del tejido social, “que es otra manera de decir que la tarea del ahora es la reconciliación”, según lo manifestó Benjamín Cardona, integrante de Conciudadanía y Presidente colegiado de la Asamblea Provincial Constituyente, para quien este tema “es una responsabilidad de toda la sociedad que no puede aplazarse indefinidamente ni podemos sentarnos a esperarla; es un proceso de construcción de confianza cívica, en un contexto de participación democrática, donde los derechos de las víctimas y de todos los ciudadanos deben ser garantizados”.

Durante el Encuentro Subregional convocado por la Comisión DDR se pudieron escuchar las intervenciones de la Alta Consejería para la Reconciliación en representación del gobierno nacional, la Asesoría de Paz de Antioquia desde el gobierno departamental, los Alcaldes de los Municipios de San Carlos y de La Unión por los gobiernos locales, el Laboratorio de Paz por el lado de las organizaciones sociales, Conciudadanía en la moderación del evento, y representantes de la comunidad organizada, dentro de los que habían víctimas, desmovilizados y miembros de organizaciones sociales, con quienes se sostuvo un diálogo a partir de las experiencias de las Organizaciones de Víctimas, de las Mesas y de los Comités Municipales de Reconciliación.



Unos faltan y otros poco escuchan, pero la mirada sigue siendo optimista
Infortunadamente no fue posible concretar la participación de algunas organizaciones sociales del Oriente para ratificar los compromisos de la sociedad civil organizada en la reconstrucción del tejido social y la reconciliación, aunque el compromiso de todas ellas con el proceso ha sido notorio.

En especial se notó la ausencia de los empresarios, pero también faltaron un importante grupo de organizaciones de la sociedad civil regionales, la Asociación Regional de Personeros, la de Concejales, la de Municipios, los Consejeros de Planeación, las ONG de la región, entre otras.

“Lo más importante es que todos tenemos y queremos trabajar, pero es de resaltar la ausencia de la empresa privada. En el caso de La Unión tenemos asentadas unas empresas del grupo Argos, Sumicol, Minerales, y otras que debieran estar comprometidas con estos procesos y enviar sus representantes a participar de estos espacios, pero faltaron”, señaló el Alcalde de La Unión, Hugo Botero López.

Beatriz Montoya, Asesora temática de Conciudadanía, también criticó el hecho de que “quienes van de funcionarios a representar a cada institución en estos espacios, echan sus propios cuentos, dicen lo que están haciendo, lo que piensan, pero no son capaces de quedarse a escuchar a los otros, y eso es lo que impide que realmente podamos constituir una fuerza por la reconciliación. Molesta que se convoque y asistan desmovilizados y víctimas con la expectativa de que a ellos los escuchen por el protagonismo que tienen tanto en el conflicto como en su superación, pero terminan yendo a escuchar a los otros, los que se supone que están allí para atender las demandas ciudadanas y garantizar los derechos de todos. Hay que hacer un esfuerzo grande en las convocatorias para que cuando se les pida que vayan, también se les pida que se queden para escuchar a los demás asistentes”.

Pero aunque faltaron precisamente las organizaciones que firmaron el Acuerdo de Cristales, las instituciones y organizaciones que se hicieron presentes señalaron que con el Encuentro se dio una experimentación de las posibilidades de una mesa de reconciliación subregional que trabaje de manera más permanente y a profundidad el tema, y que vaya identificando cuáles son los actores estratégicos de la reconciliación, para que los convoque a próximos escenarios de deliberación y concertación, de modo que se amplíen las posibilidades de potenciar los esfuerzos particulares de cada uno de los actores del Oriente Antioqueño y se creen articulaciones de acción a partir del diálogo entre todos para que nuestras visiones y expectativas puedan ser puestas en común y concretarse en realidades cercanas.

IE 2. La oferta institucional hay que bajarla a lo municipal

Oriente avanza por el camino de la reconciliación
Articulo No. 2

Quizás los temas más importantes que se abordaron durante el Encuentro Subregional en el Oriente Antioqueño de la Comisión DDR, son los de la Verdad y la No Repetición de los hechos, que estuvieron incluso sobre los de la justicia la reparación.

En estas reuniones se está mirando el tema como es, concentrando su acción en el principal problema del mañana, que es la no repetición. Mucha gente concentra su atención en el principal problema del pasado, que es la justicia, la verdad y la reparación, pero este encuentro va mirando es el tema de la verdadera reconciliación hacia el futuro”, afirma Alonso Cardona, Director de Conciudadanía.

El tema de reconciliación básicamente es un proceso de responsabilidad social frente al tema de la no repetición de los hechos, que precisa tener el compromiso de las administraciones y de las instituciones, de los actores que estuvieron ayer en la guerra y hoy están reincorporados, y que también requiere que la comunidad en general y las víctimas en especial, ponga en común qué es lo que quieren y hacia dónde se tiene que avanzar.

Nadie tan autorizado en este país como las víctimas y quienes han participado de la guerra como actores armados y violentos, para decir no a la repetición. Ese tema de la no repetición es una bandera que hay que enarbolar y mantener firme”. Sostuvo Pedro Chica, del Laboratorio de Paz del Oriente Antioqueño, quien continúo diciendo que “la cuota de dolor, de afectación a los derechos humanos que ha padecido Colombia, que encarnan y cuyo rostro doloroso son las víctimas, tiene que servir para que no se nos olvide que eso no puede volver a suceder y que tenemos que salir de esta encrucijada en la que estamos, porque el conflicto no ha terminado, asunto que reclama de mucha responsabilidad por parte de las instituciones en Colombia y de la sociedad en general”.

Además, las víctimas, más allá de reparaciones económicas, exigen que los desmovilizados digan la verdad sobre lo ocurrido con sus seres queridos. Por ejemplo, Alba López Arango, de La Unión, partícipe de la Organización Municipal de Víctimas, dice que su anhelo siempre ha sido que víctimas y victimarios puedan estar de frente para conocer toda la verdad; “no veo tanto interés aquí en lo económico pero sí en la verdad, en que nosotros la conozcamos, porque la conocemos a medias, y no hay mentira más grande que una verdad dicha a medias”.

En el mismo sentido, una ciudadana no identificada que se dirigió a los asistentes del Encuentro Subregional, exigió “una reparación no tanto económica, sino que aceptaran que mataron personas inocentes, porque muchas veces a ellos los mandaban por un chisme o un señalamiento y así cayeron personas inocentes en ese conflicto. No tengo nada contra ellos, porque a veces hicieron eso porque las armas hacen sentir al hombre muy grande. Pero en el caso mío mataron a mi madre y ya después reconocieron que era un error, y ya después de muerto uno para que acepta que fue inocente y que tal. Pero sí me gustaría que aceptaran y que repararan a las víctimas de una manera más moral aceptando todo lo que hicieron”.

Pero para lograr la tan anhelada verdad sobre lo que ha ocurrido en medio del conflicto armado en Colombia, son necesarias acciones educativas y comunicativas con las comunidades, en especial con las afectadas con el conflicto, como lo sostuvo Olga María Arango, de La Ceja, quien es educadora, artista y trabaja en el aspecto psicosocial utilizando el arte como una herramienta de transformación y acompañamiento. Para ella, se necesitan acciones educativas y comunicativas con las comunidades, en especial con las afectadas con la guerra. “A nuestras víctimas, y también a los desmovilizados, les cuesta mucho hablar del proceso y cuando lo hablan lo hacen en términos de dolor equivalente a pesos, págueme la víctima. Es difícil así encontrar el momento para sentarnos realmente a hablar” .

IE 3. Verdad y No Repetición: Condiciones indispensables para la reconciliación

Oriente avanza por el camino de la reconciliación
Articulo No. 3

Quizás los temas más importantes que se abordaron durante el Encuentro Subregional en el Oriente Antioqueño de la Comisión DDR, son los de la Verdad y la No Repetición de los hechos, que estuvieron incluso sobre los de la justicia la reparación.

”En estas reuniones se está mirando el tema como es, concentrando su acción en el principal problema del mañana, que es la no repetición. Mucha gente concentra su atención en el principal problema del pasado, que es la justicia, la verdad y la reparación, pero este encuentro va mirando es el tema de la verdadera reconciliación hacia el futuro”, afirma Alonso Cardona, Director de Conciudadanía.

El tema de reconciliación básicamente es un proceso de responsabilidad social frente al tema de la no repetición de los hechos, que precisa tener el compromiso de las administraciones y de las instituciones, de los actores que estuvieron ayer en la guerra y hoy están reincorporados, y que también requiere que la comunidad en general y las víctimas en especial, ponga en común qué es lo que quieren y hacia dónde se tiene que avanzar.

”Nadie tan autorizado en este país como las víctimas y quienes han participado de la guerra como actores armados y violentos, para decir no a la repetición. Ese tema de la no repetición es una bandera que hay que enarbolar y mantener firme”. Sostuvo Pedro Chica, del Laboratorio de Paz del Oriente Antioqueño, quien continúo diciendo que “la cuota de dolor, de afectación a los derechos humanos que ha padecido Colombia, que encarnan y cuyo rostro doloroso son las víctimas, tiene que servir para que no se nos olvide que eso no puede volver a suceder y que tenemos que salir de esta encrucijada en la que estamos, porque el conflicto no ha terminado, asunto que reclama de mucha responsabilidad por parte de las instituciones en Colombia y de la sociedad en general”.

Además, las víctimas, más allá de reparaciones económicas, exigen que los desmovilizados digan la verdad sobre lo ocurrido con sus seres queridos. Por ejemplo, Alba López Arango, de La Unión, partícipe de la Organización Municipal de Víctimas, dice que su anhelo siempre ha sido que víctimas y victimarios puedan estar de frente para conocer toda la verdad; “no veo tanto interés aquí en lo económico pero sí en la verdad, en que nosotros la conozcamos, porque la conocemos a medias, y no hay mentira más grande que una verdad dicha a medias”.

En el mismo sentido, una ciudadana no identificada que se dirigió a los asistentes del Encuentro Subregional, exigió “una reparación no tanto económica, sino que aceptaran que mataron personas inocentes, porque muchas veces a ellos los mandaban por un chisme o un señalamiento y así cayeron personas inocentes en ese conflicto. No tengo nada contra ellos, porque a veces hicieron eso porque las armas hacen sentir al hombre muy grande. Pero en el caso mío mataron a mi madre y ya después reconocieron que era un error, y ya después de muerto uno para que acepta que fue inocente y que tal. Pero sí me gustaría que aceptaran y que repararan a las víctimas de una manera más moral aceptando todo lo que hicieron”.

Pero para lograr la tan anhelada verdad sobre lo que ha ocurrido en medio del conflicto armado en Colombia, son necesarias acciones educativas y comunicativas con las comunidades, en especial con las afectadas con el conflicto, como lo sostuvo Olga María Arango, de La Ceja, quien es educadora, artista y trabaja en el aspecto psicosocial utilizando el arte como una herramienta de transformación y acompañamiento. Para ella, se necesitan acciones educativas y comunicativas con las comunidades, en especial con las afectadas con la guerra. “A nuestras víctimas, y también a los desmovilizados, les cuesta mucho hablar del proceso y cuando lo hablan lo hacen en términos de dolor equivalente a pesos, págueme la víctima. Es difícil así encontrar el momento para sentarnos realmente a hablar” .

IE 4. Víctimas y Reinsertados: Un encuentro indispensable

Oriente avanza por el camino de la reconciliación
Articulo No. 4

En desarrollo de la propuesta de reconciliación para Colombia, es importante que estén todas las manos, pero es importante también que estén unidas porque la magnitud de la tarea reclama la articulación de todos los esfuerzos. Y para el caso del Oriente Antioqueño, subregión que apenas logra reponerse de las secuelas de la confrontación armada entre guerrilla, AUC y las fuerzas del Estado, es importante que el gran número de víctimas no pase desapercibido en un proceso de desarrollo municipal y regional.

Además, el proceso de desmovilización y reintegración de excombatientes es una oportunidad para la convivencia, pero por otro lado la acción de grupos emergentes es una amenaza para la democracia y para la seguridad, especialmente de las víctimas. La confrontación con la guerrilla aún permanece y para recordarlo amplios sectores del territorio están sembrados de minas antipersonales que no terminan de cobrar víctimas.

Por esto, es fundamental que el proceso de reconciliación se nutra y enriquezca con el diálogo entre todos, delegados de las entidades públicas y privadas, representantes de las organizaciones sociales y de la comunidad organizada, víctimas y desmovilizados, para que nuestras visiones y expectativas puedan ser puestas en común y concretarse en realidades cercanas.

“Tenemos que entender que lo que queremos lograr es una paz, una reconciliación, entonces miré que cómo la vamos a lograr, aceptándolos a ellos como comunidad, y no mirarlos ni estarlos señalando porque no sabemos bien porqué esos muchachos cayeron allá y porqué estaba haciendo eso o estaba haciendo lo otro. Entonces a mi me parece que nosotros como comunidad, aunque nos hayan dejado mucho dolor, aunque ellos hayan hecho muchas cosas, tenemos que llegar al perdón y tratar de acogerlos para que logremos una paz, que es lo que queremos en nuestros municipios”. Opinó públicamente una ciudadana de San Rafael, víctima de la violencia.

Y por el lado de los desmovilizados, Luberney Marín, de San Carlos, dio la cara a los asistentes para preguntar “¿Qué tipo de reparación quieren las víctimas? Yo estoy convencido de que la reparación la tenemos que hacer nosotros, pero si es una reparación económica la que las víctimas están esperando de nosotros, la cuestión se torna muy difícil porque escasamente tenemos la ropita que tenemos puesta y el trabajito que estamos haciendo día a día para poder sobrevivir. Los que deben reparar económicamente son nuestros comandantes que en su momento se beneficiaron de la guerra. Pero si lo que ustedes quieren es que nosotros les contemos la verdad, de que nosotros les ayudemos a hacer sus duelos, y de que les garanticemos que no vamos a repetir los hechos que por parte de nosotros, lo vamos a tener”. Luberney aprovechó, además, para decirles a las víctimas presentes que “para despertar ese deseo de trabajar con víctimas por una reconciliación con los desmovilizados, es más un compromiso de toda la sociedad y de las víctimas que de los mismos reinsertados, porque hay que entender que si hicimos parte de la guerra fue por un sinnúmero de hechos y actividades que se salían del control de nuestras vidas y que en su momento nos obligaron a acceder a los grupos armados y a tomar un arma en nuestras manos que nos hizo sentir más poderosos. Pero hay que entender que en su momento nosotros fuimos víctimas de la violencia que ejercían los grupos guerrilleros y que el Estado no fue capaz de brindar una protección, y nos tocó vivir muchas cosas. Yo, por ejemplo –y en esos momentos el desmovilizado contuvo sus lágrimas y amarró su pecho para seguir hablando- me considero una víctima también, yo nunca quise entrar en esa guerra, yo nunca quise estar allí, las circunstancias me obligaron a estar allá, y sé que a muchos de mis compañeros les tocó lo mismo; a muchos les mataron hermanos, padres, fueron tantas cosas… Yo, por ejemplo, tenía un hogar con una joven que conocí en el Chocó y tenemos una niña que hoy tiene 6 años y que desafortunadamente por causa de la guerra decidimos que se fueran para el Chocó buscando una protección para esa hija… las envíe para allá mientras salía de la guerra, pero pasaron 3 años y ella consiguió esposo y ahora mi hija tiene otro padre”.

La posibilidad de que víctimas y reinsertados se encontraran en un mismo espacio, permitió sensibilizar a otras personas sobre el necesario diálogo que debe establecerse entre estos dos actores. “En el municipio de Cocorná hay desmovilizados y reinsertados, pero no están en el mismo pueblo. Me gustaría estar con ellos en el mismo pueblo porque muy rico compartir las ideas con ellos y de pronto saber si están dispuestos a asumir las responsabilidades de lo que hicieron. Muy rico que tantas víctimas que tiene Cocorná, porque tiene muchas, lograran hablar de frente con ellos”, compartía Lucelly Girado, de Cocorná, integrante de la Organización Municipal de Víctimas, con otros jóvenes que asistieron con ella al Encuentro en La Unión.

De acuerdo a Beatriz Montoya, Asesora temática de Conciudadanía, “el momento más interesante, por la posibilidad del diálogo, fue el conversatorio entre víctimas, reinsertados y representantes de la sociedad civil, que se dio en un ambiente muy tranquilo para que dijeran lo que estaban pensando. Una víctima llegó a decir que creía que había que esperar un poco más de tiempo para hacer un encuentro más directo entre víctimas y desmovilizados; ella lo habló con mucha tranquilidad sabiendo que ellos estaban allí, no tuvo ningún temor para decirlo, dijo lo que pensó. Pero también llegó un desmovilizado a decir que quisiera que las víctimas le dijeran qué es lo que esperan de ellos, porque si están esperando de ellos una reparación económica seguimos en la olla, pues ellos no se beneficiaron económicamente de lo que ha sido esta guerra, eso lo tendrían que a hacer su jefes que fueron los que se beneficiaron, en cambio si tendrían manera de reparar dando indicaciones de fosas para encontrar a sus seres queridos, pueden dar información para que la gente se oriente sobre situaciones que les inquietan y sobre las que están esperando respuesta, lo pueden hacer, pero otro tipo de reparación no pueden esperar de ellos. Asunto que dijo también con toda tranquilidad, con lo que van ampliando las posibilidades para reconstruir confianzas cívicas”.

Y puntualizó esta idea el Director de la Corporación para la Participación Ciudadana, Alonso Cardona, al declarar que “no tienen razón quienes creen que la sociedad del Oriente no está madura para que encuentros con la participación de víctimas y desmovilizados se produzcan. Creo que el Encuentro subregional del 28 de mayo es un mentís a quienes creen o plantean que esos dos actores sociales no se pueden encontrar en un mismo escenario; al contrario lo que muestra es la importancia de que se encuentren y comiencen a decirse cosas. Y es que en este evento se comenzaron a decirse cosas; las víctimas a decir, bueno, queremos saber con qué contamos con ustedes para la reparación, pero sobre todo una reparación que sea moral, que sea de la verdad, de ayudarnos a encontrar que fue lo que pasó; y los otros plantearon sus expectativas, sus puntos de vista. Ese debate, esa discusión, hay que seguirla y generalizarla, porque es así como la gente parte de la desconfianza actual hacia un proceso de ir creando confianzas, y que cada quien vaya poniendo las condiciones de su confianza”.

Y aunque no todas las inquietudes quedan resueltas en un espacio tan breve, por lo menos se garantiza el acercamiento entre la institucionalidad pública y la comunidad para que todos entendamos el porqué de la política pública y de por qué las acciones del gobierno en un sentido o en otro. Además, se posibilita el encuentro entre víctimas, desmovilizados y la comunidad, para articular el accionar de la ciudadanía y avanzar hacia la concreción de las propuestas, que no son responsabilidad exclusiva del Estado, sino que atañen al conjunto de la sociedad para garantizar la reintegración y el reconocimiento de los derechos de todas las personas.

lunes, 9 de junio de 2008

Acciones en Imágenes

Conozca algunas de las acciones realizadas por Conciudadanía en diferentes municipios de Antioquia, durante el mes de junio de 2008.

14 de mayo de 2008
Taller Reconstrucción de la Memoria Histórica del Conflicto Armado en el Municipio de El Peñol
(Comité de Reconciliación)
Con esta actividad, que se realizó en el escenario del Comité Municipal de Reconciliación de El Peñol, se inicia un proceso de reconstrucción de la memoria histórica del conflicto armado en el Municipio, para lo que, ademá,s se citó a otros líderes y funcionarios públicos de la localidad. Se espera que este proceso aporte propuestas para continuar trabajando desde el Comité por la recuperación de memoria histórica y avanzar en el proceso de reconciliación municipal.



17 de Mayo de 2008
Taller con Víctimas del Conflicto Armado en el Municipio de Rionegro
Esta es una más de las actividades que se vienen desarrollando en el municipio de Rionegro con grupos de víctimas del conflicto armado. A través de acciones como estás se promueve la creación de la organización municipal de víctimas y se acompaña a estas personas en un proceso de apoyo psicosocial para la superación de los duelos y miedos, consecuencias que aún hoy, después de mucho tiempo, afrontan a causa del conflicto armado.





28 de Mayo de 2008
Taller No. 2 para la Construcción de la Política Pública de Atención Integral a las Víctimas del Conflicto Armado y por la Reconciliación en el Municipio de El Peñol
En este segundo taller, los participantes construyen una visión colectiva de reconciliación para el municipio. Además de personas que han sido víctimas del conflicto armado, participan en el proceso líderes de otras organizaciones y funcionarios públicos como la Personera Municipal, el Comisario y la Secretaria del Concejo Municipal. El Peñol es uno de los municipios que Conciudadanía viene acompañando en este proceso de elaboración de políticas públicas en torno a la población víctima y por la reconciliación.




30 de mayo de 08
Cabildo Abierto para la socialización de la propuesta de Plan de Desarrollo del Municipio de El Peñol
El Concejo Municipal de El Peñol, en concertación con el Comité Coordinador de la Asamblea Municipal y con el apoyo de Conciudadanía y el IPC, se dio a la tarea de citar a Cabildo Abierto. La corporación idílica sesiona de forma abierta con la intención de propiciar un espacio en el que se escuchen las propuestas y recomendaciones que la comunidad tiene sobre el proyecto del Plan de Desarrollo y contar así con criterios más sólidos en el momento de aprobar la carta de navegación del Municipio para los próximos cuatro años.