miércoles, 14 de mayo de 2008

"Uno se muere cuando lo olvidan"

En Támesis, Víctimas se encuentran para hacer valer sus derechos

“Mi hijo ingresó a las filas, salió el 8 de mayo y jamás volvió. Un día cualquiera resultó la bola que lo habían matado, que lo descuartizaron y lo tiraron al río. Pero hasta el momento no sé nada, nadie lo volvió a ver… Yo hice la denuncia porque necesito saber la verdad, si está vivo o está muerto. Necesito aclarar muchas cosas que no sé, saber de verdad qué tengo que hacer, enterarme de tantas cosas como las que están diciendo hoy. Por favor, que como madre necesito ayuda en todos los sentidos”.

Así narra doña Nora Elena Echeverri las razones que la motivaron a hacerse presente en el Encuentro Municipal de Víctimas en Támesis, realizado el pasado sábado 10 de mayo en esta localidad del Suroccidente Antioqueño, para conocer las experiencias de organización de víctimas en otros municipios del Departamento y socializar los procedimientos y trámites para acceder a la reparación por vía administrativa.


Junto a ella, un grueso número de víctimas de la violencia, en su mayoría mujeres, madres, hermanas e hijas, acudieron al Encuentro organizado y convocado por la Asamblea Municipal Constituyente de Támesis y Conciudadanía, con el que se buscó fortalecer la organización y la visibilización de víctimas del conflicto armado, brindar indicaciones sobre lo que deben hacer para acceder a los recursos económicos que está ofreciendo el Estado para la reparación vía administrativa, y promover la reconciliación como una camino para la no repetición.


De acuerdo a Gloria Amparo Alzate Castaño, Directora territorial en Suroccidente y Occidente de Antioquia, “el papel que juega Conciudadanía en estos procesos es de aglutinar voluntades en torno a las problemáticas particulares de las víctimas del conflicto armado, para que juntas, en este caso de la mano de la Asamblea Ciudadana, la iglesia, los gobiernos locales y municipales y las organizaciones sociales, nos sentemos a preparar un evento público donde estas personas puedan encontrarse, reconocerse, visibilizarse y aprender algunas cosas que tienen que ver con la reparación y la reconciliación”.

Para lograr este objetivo, se escucharon las experiencias de San Carlos y de las Madres de La Candelaria de Medellín, y se contó con la participación e intervención de la Dirección de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Secretaría de Gobierno Departamental, la Asesoría de Paz de Antioquia, la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación –CNRR, la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de Estados Americanos -OEA, la Diócesis de Jericó y Conciudadanía.

“Lo más importante es lograr personas que reconozcan sus derechos, que ya habiendo escuchado a las diferentes entidades y estamentos que les colaboran, al menos para retribuir en parte este gran dolor que sienten, sepan a dónde deben acudir y cuáles son las condiciones para esto”, manifestó la Alcaldesa del Municipio de Támesis.

La Gobernación de Antioquia, por su parte, en voz del Director de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Secretaría de Gobierno, Carlos Vallejo, dijo que “es un trabajo arduo y difícil; en Antioquia son cerca de 52 mil las personas inscritas como víctimas y en el país son más de 120 mil… Esto cuesta alrededor de 7 billones de pesos para las reparaciones… Es una reforma tributaria bastante grande y hay que llamar la atención al Estado sobre la necesidad de articular los mecanismos para que estos dineros se puedan presentar… para que no sean siempre las víctimas las que sufran… Ya hemos dado muchísimo por los victimarios, por todos los reinsertados, todos los reincorporados, así que hay que extender la mano a las víctimas”.

Y en cuanto a la Asesoría de Paz de Antioquia, Luis Guillermo Gallego expresó que “una cuestión fundamental es la cantidad: el número de víctimas es muy superior al tema de los victimarios; eso ya de por sí crea problemas para la atención, orientación y para la misma reparación; incluso habría que variar la dinámica de este tipo de encuentros porque la gente necesita mucha orientación y gran parte de esa tarea tiene que ver con los casos individuales”.

Este asunto se evidenció durante el Encuentro de Víctimas en Támesis, cuando el número de asistentes desbordó las expectativas de los organizadores y en el que confluyeron hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos, para tratar de encontrar una luz en el tortuoso camino que han tenido que recorrer en la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación. Y si tenemos en cuenta que hace sólo algunos años este tipo de eventos no se podían realizar, es un gran logro que hoy se estén abriendo oportunidades para la visibilización y organización de víctimas que permitirá mejores y más efectivas ayudas.

“Mi hermanito Sebastián Tirado era reinsertado, menor de edad, ya se había retirado de todo ese cuento y se encontraba en Medellín estudiando a través de los beneficios que estaba dando el gobierno… y ya, cierto día lo mataron”, relata Alejandra Tirado Murillo, habitante del Municipio de Támesis, quien con su testimonio confirma que el miedo se va rompiendo y el silencio le da paso a las voces de las víctimas: “Es muy duro uno venir acá a reclamar dinero, es algo muy doloroso, muy incomodo también, pero uno tiene que dar la cara, atreverse, no darle pena, arriesgarse en la vida para hacerse sentir, para que en todos los rincones de Colombia conozcan las necesidades que tenemos, que se enteren de la problemática de la comunidad, de la violencia que estamos viviendo y venimos a ver si nos pueden ayudar con esos dineros para mejorar nuestra calidad de vida”.



Para Gerardo Vega, integrante de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación -CNRR, es “importante que las víctimas de la Región y del Municipio empiecen a actuar de manera conjunta con organizaciones como Conciudadanía, para que conozcan sus derechos; importante también la participación de las autoridades locales que permitan que el ejercicio de esos derechos estén dentro de la Alcaldía, de la Personería, dentro de la institucionalidad, pues es desde el trabajo en terreno en los municipios donde se puede ver en qué va el desarrollo de la Ley de Justicia y Paz; y el acompañamiento a estas personas para que reclamen la verdad de lo que pasó, su reparación, que los hechos no queden en la impunidad”.

Y añadió que “el trabajo por la defensa y garantía de los derechos de las víctimas debe ser una política pública. Están a punto de aprobarse los Planes de Desarrollo Municipales y Departamental, y en los presupuestos de cada localidad debe haber un rubro que permita que las víctimas tengan esos derechos… Y también hay que brindar acompañamiento con abogados para asesorar a las víctimas, con apoyo psicosocial, con organización de estas personas para que sean más visibles y puedan ejercer en mejores condiciones sus derechos”.

Terminado el evento, luego de las exposiciones, los actos simbólicos, las lágrimas colectivas, el dolor compartido, y la necesidad sentida de las víctimas de saber la verdad y obtener la reparación frente a los daños que la violencia y el conflicto ha dejado en sus familias, quedó la sensación de que el miedo a hablar se va venciendo, que nos vamos atreviendo poco a poco a dejar de lado el silencio y alzar la voz para decirle no a la guerra, que nuestra sociedad está tomando conciencia efectiva y afectiva.

Además, se lograron resultados concretos como la visibilización de más de 300 víctimas en un Municipio con aproximadamente 16 mil habitantes, la presencia institucional tanto del gobierno departamental como del municipal que se derivó en el compromiso público de los representantes estatales con los pobladores frente al proceso de acompañamiento, el anunció de la Asesoría de Paz sobre la inclusión de un programa de reparación a víctimas en el Plan de Desarrollo Departamental con el que se busca que el trabajo de asesoría y acompañamiento se realice entre diferentes instituciones, y la conformación de un comité municipal de impulso con el que se seguirá trabajando en formación y en la elaboración de un plan de acción para ver cómo mover en la localidad no solamente el apoyo psicosocial sino también la organización de víctimas.

“Lo otro es que Conciudadanía busca que la reconciliación sea un asunto de toda la sociedad, donde el problema de las víctimas y de los desmovilizados no sea solamente entre ellos, sino que la institucionalidad, las organizaciones sociales y la ciudadanía en general, nos comprometamos con este tema, lo hagamos público, y logremos que el compromiso, tanto de la sociedad como de las instituciones, frente al proceso de tramitación de sus derechos”, puntualizó la delegada institucional de la Corporación para la Participación Ciudadana.

Y retomando las palabras del Párroco de Támesis, Julián Marino Nieto, quien hace parte de la Asamblea Municipal Constituyente, “para que desaparezca la guerra, necesitamos equidad en todos los espacios, especialmente en el económico, porque la guerra, el conflicto, se deriva de los problemas económicos. La gente más pobre busca a toda costa saciar sus necesidades básicas y lógicamente todos estos conflictos se convierten en guerra. Qué bueno, entonces, aunque parezca una utopía, que soñemos con una comunidad tamesina equitativa, donde todos seamos iguales y donde cada uno de nosotros pueda demostrar que todos tenemos los mismos derechos y que a todos nos los deben respetar”. En últimas, para que los derechos sean hechos.

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Si usted es víctima y requiere apoyo de la institucionalidad pública, puede acercarse o llamar a la Dirección de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno Departamental:
Gobernación de Antioquia, Piso 3 -Oficina 309
Teléfonos 383 83 70 ó 383 83 73.

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